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Empiezo a escribir para contar una historia con la esperanza y la desesperación de intentar que mi testimonio sirva para abrir los ojos a familias y a personas que pasan por un momento vulnerable de su vida, de manera ingenua e inocente busquen ayuda y se aferren a personas y supuestos profesionales equivocados.
Con 18 años, y con toda la vida por delante, comencé a sentir malestar, sensación de angustia, yo era muy joven y no sabía bien que me estaba pasando, me sentía asustada, confusa y con mucho miedo. Mi familia preocupada por mí, acudiendo las páginas amarillas, busco un terapeuta, se anunciaba como psicoanalista.
Y así, comencé a acudir a los que ellos llamaban sesiones, yo era una niña, y ahora comprendo con horror como esa persona se aprovechó de mi inocencia y mi ingenuidad, yo me sentía muy agradecida dado que había encontrado alivio. Con el tiempo he comprendido que era un momento emocional, que con un verdadero profesional con ética y valores, aquello se hubiera convertido en solo en un momento de mi juventud, pero no se hubiera prolongado 20 años.
Y así, comenzaron a grabarme la idea de que sin terapia no se podía, que era absolutamente necesario para no volver a pasar por aquellos malos momentos en mi vida.
Aquella persona se volvió una de las personas más importantes de mi vida, ella culpaba y me hizo culpar a mí, a mi familia de lo que me había pasado.
Primero fue a por mi madre, lenta, despacio, con frases que dicen sin decir, venenosas, que crean duda…cuando me hizo contemplar y creer que de verdad nunca me había querido, su persona, su poder se afianzo plenamente en mi, su influencia en mi era muy poderosa, hasta el punto que yo en mi casa con cualquier argumentación, siempre decía lo ha dicho…fulanita.
Mi angustia vital, era que sin psicoanálisis no podría vivir, ni seguir adelante, así que el dinero se volvió para mí una preocupación fundamental, para pagar mis sesiones, para poder sobrevivir.
Cuando llegaba el verano, creaban un miedo más intenso, con la frase típica, estás así por las vacaciones del psicoanalista. Se creó tal dependencia, que en algún momento, me hicieron pagar alguna sesión aunque no hubiera ido, por ejemplo la hubiera pospuesto por algún tema personal. Esa persona aludía, que era fundamental para mi bienestar y yo la creía.
Mi confianza era ciega, había ocupado el papel de mi madre, yo le contaba todo, absolutamente todo, mis relaciones familiares, con mi novio, con mis amigos….
Y yo deslumbrada, la creía. Ahora que lo pienso, con horror, me decía frases que me llenaban de dudas, y me creaban miedos imaginarios, y así me fui aislando, y mis seres queridos veían que algo me pasaba, que no terminaban de comprender…lo último que pensaban es que era como una secta.
Me hicieron perder el valor del dinero, para pagar el psicoanálisis, yo le cogía dinero a mis padres, para poder pagar esas sesiones, y ella lo sabía, yo se lo contaba todo, nunca me dijo eso está mal, no lo hagas, ella ponía la mano y punto.
Sus palabras me afectaban mucho, mucho, hasta el punto de que una contestación seca, o fría, me provocaba un gran desasosiego y desazón. Cuando me alababa y me decía que era muy inteligente, yo me sentía muy feliz, especial, diferente, única.
No se pueden imaginar, hasta qué punto se metió en mi vida, la dejé implicarse en todos los aspectos...Cuestiones económicas, mis relaciones sexuales con mi pareja, consulta de algún miedo con mi hijo….cómo comportarme en el trabajo, que decir, cómo actuar…
A veces, algo no me cuadraba, algo me escocía, mi educación me avisaba de que algo no iba bien, pero esa persona siempre decía que eran resistencias…
Mi verdadero trabajo fue publicitar a esa escuela de psicoanálisis. Incesantemente, recomendarles fervientemente.
La realidad era que todo iba de mal en peor, cómo era posible que esa terapia tan maravillosa a la postre sirviera para que tuvieran graves problemas, tensiones familiares, problemas en el trabajo, en mi vida sexual…ciega, estaba ciega.
Con el paso del tiempo, comencé hacer lo que ellos llaman sus seminarios, cursos y talleres...Dinero, y más dinero…Recuerdo que ellos vendían el seminario con una duración de tres años, pero aquello no acababa nunca. Una compañera, muy enfadada me lo comento, y me dijo no sé porqué dicen que son tres años de duración y luego esto no tiene fin…
Ellos decían que la formación para psicoanalista era interminable, pero si pedías un certificado para acreditar la formación no lo hacían.
Castigo emocional, para aislarte y romper relaciones con las personas más importantes de tu vida.
Interpretaciones psicoanalíticas, según ellos para saber y conocerte, para no tener miedo, y poder crecer, crecer esa palabra es muy de ellos.
¿Pero qué pasaba, que nunca crecía, y todo iba de mal en peor? Termine bloqueada, paralizada, mentalmente sin fuerza…intentar acoplar la verdadera realidad, todo lo que me pasaba a su doctrina, era agotador. Según ellos siempre acompaña el sentimiento de culpa inconsciente, por eso las cosas van mal y necesitas más análisis, para poder llenarles los bolsillos para trabajar para ellos, para ser sus soldados, para en definitiva anular tu voluntad.
Ellos son verdaderos charlatanes, vayas al supuestos psicoanalista que vayas, siempre dicen lo mismo, usted no tolera la diferencia, aprenda a sumar, sentimiento de culpa inconsciente, aprenda a tolerar la incertidumbre, aprenda a esperar, sólo después sabremos….
No les falta explicación, para evitar el sentimiento de compasión hacia los demás siempre recurren a la misma frase, cuidado la pena es identificación, nadie puede convencer a nadie si no está previamente convencido, los recuerdos son encubridores, no te creas…
Su objetivo anularte, dejarte detenido, sin emociones, perder la capacidad crítica de lo que está bien o lo que está mal. Se atreven, sin conocer a una persona, ni hablar con ella, a hablar de ella, a juzgarla, a diagnosticarla.
Para ellos el trauma no existe, ni el diagnóstico tampoco. Su doble moral, apoyarse en poetas, grandes escritores literarios, y frases de humanidad cuya belleza no deja indiferente a nadie.
Luego por dentro, son verdaderos monstruos. Creen que su teoría es la auténtica verdad del mundo, desprestigian a otras disciplinas, la psicología, la psiquiatría o incluso el psicoanálisis de otras escuelas. Sólo son ellos, los portadores de la verdad.
Se esconden en títulos universitarios, medicina, psicología, pero su verdadera práctica es el supuesto psicoanálisis donde el líder es el que de verdad ha entendido a Freud. No admiten crítica constructiva.
Su objetivo es sangrarte, arruinarte económicamente sin ética, sin deontología.
Nadie cuando busca ayuda en algún momento de su vida, cree que la engañaran, la desplumaran, porque ha caído en manos de una secta terapéutica destructiva.
Podría descubrir el verdadero horror, que ha causado en mi y en mi familia...Pero creo que con esto es suficiente. Lo que si sé, es que no te das cuenta, no sabes lo que te pasa, son verdaderos genios del mal disfrazados de cultura y arte, TENGAN MUCHO CUIDADO, SON LA ESCUELA DE PSICOANÁLISIS Y POESIA GRUPO CERO. Menassa es su DIOS.
MARIBEL GANUZA
(Madrid)
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