
El intento de un grupo de 22 homeópatas valencianos por defenderse judicialmente contra unos textos que consideraban injuriosos ha provocado el efecto contrario, según explica Vicente Useros en el diario español El Mundo.
La razón es que una magistrada no sólo les ha quitado la razón negando con su sentencia lo que ellos consideraban calumnias, también ha desmontado la actividad que realizan considerando la homeopatía como pseudociencia, con la advertencia de que puede ser peligrosa para la salud de las personas.
Este grupo de homeópatas afirmaba que se había atentado contra su honor por parte del presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, Aurelio Duque, y del vocal de la Asociación Para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), Fernando Cervera Rodríguez. La indignación de los homeópatas acabó con una querella, entre particulares, contra Duque y Cervera.
Sin embargo, la responsable del Juzgado de Instrucción número 17 de Valencia ha dado la vuelta al caso y los acusadores se han llevado la peor parte –al ver tumbados sus argumentos “científicos”– y los querellados han quedado exonerados de toda responsabilidad.
En sus razonamientos jurídicos la juez describe que la Real Academia de Farmacia “llegó a asegurar que no solo no funcionaba, sino que la homeopatía puede poner en riesgo la salud” (véase aquí el resumen hecho por dicho organismo).
Junto a esta rotunda afirmación, en sus argumentos para desmontar esta actividad, la sentencia se apoya en “la línea en la que trabaja el Gobierno, junto a la ofensiva conjunta del Ministerio de Sanidad y el de Ciencia y el de Universidades, donde ha pasado de ser un sistema curativo a una simple ‘práctica’”.
Incluso hace una llamada a las posibles consecuencias de la utilización de las pseudociencias, porque las autoridades las han sacado del catálogo de fármacos registrados oficialmente. De hecho, el fallo alerta de que han ido “saliendo del listado de medicamentos los productos homeopáticos y todo ello dentro del plan para la protección de la salud frente a la pseudoterapia y que presentó en su día el Gobierno”.
El texto legal también cita el concepto que da la Real Academia Española (RAE) sobre la homeopatía para equipararla con otras actividades que están fuera del ámbito médico y quirúrgico. Según la juez, “la RAE ha introducido modificaciones en los términos de acupuntura, osteopatía y medicina complementaria”.
Describe asimismo que el término homeopatía, “que ha sido considerado ‘un sistema curativo’ durante 167 años, al menos en el idioma español, ha sufrido un cambio y modificación en su término y que recoge la RAE, siendo retirada la coletilla ‘en el hombre’ en el año 2014, y eliminando la propiedad curativa tras un proceso que se inició en el 2017 en la Comisión de vocabulario científico y técnico”, continúa la magistrada.
Curiosamente el grupo de 22 homeópatas que iniciaron las acciones judiciales, confirmaron sentirse injuriados por los comentarios en medios de comunicación de Duque y de Cervera.
En el momento de su declaración en el juzgado, Duque expresó que no iba “contra las personas, sino contra las prácticas sin evidencia científica y en la misma línea que se ha pronunciado el Ministerio de Sanidad y el Colegio Médico a nivel estatal respecto de las pseudoterapias y con el fin de que, por parte del Ministerio, se regulen y evalúen de forma correcta dichas pseudociencias y pseudoterapias, exigiendo acciones de regulación, control y supervisión, con el fin de evitar estafar a personas vulnerables y con enfermedades graves y ello ante la creciente publicidad engañosa”.
Por su parte, Cervera realizó comentarios en la misma línea que Duque en distintas entrevistas y noticias en las que advertía de carácter peligroso de dichas prácticas con pseudoterapias, según se recoge en la citada sentencia.
Sin embargo, la decisión judicial considera que las manifestaciones, datos e información ofrecida en los artículos periodísticos, entrevistas y demás documentos relacionados en el escrito de querella y cuya autoría corresponde a ambos querellados, “obedecen al ejercicio de la libertad de expresión e información que ampara nuestra Constitución, no considerándose desmesurado ni exorbitante ni utilizándose expresiones que puedan ser calificadas indudablemente de ofensivas o ultrajantes ni que puedan ser conceptuadas de impertinentes para difundir hechos y datos que gozan de una notoriedad pública por su trascendencia médica y social”.
Y se reitera que ni Aurelio Duque ni Fernando Cervera usaron en sus citas contra la homeopatía y sus prácticas “expresiones insultantes u oprobiosas con el único fin de vilipendiar y ultrajar el honor de los querellantes, sino únicamente de poner en conocimiento no solo de la opinión pública cuestiones de índole médica y social de relevancia para la sociedad por tratarse de asuntos de interés general, y que afectan a la salud de los ciudadanos y en aras a la libertad de expresión e información amparada constitucionalmente”.
Tanto Duque como Cervera se manifestaron públicamente en su día sobre la falta de evidencia científica de estas terapias y los riesgos que pueden suponer para la salud, según recuerda Carlos Plá en el medio digital Nius.
“En un comunicado hicimos un posicionamiento contra las prácticas sin evidencia científica y pedíamos a las autoridades correspondientes, Ministerio de Sanidad, Conselleria de Sanitat y órgano colegial, la regulación el control y la supervisión de estas pseudoterapias”, explica Duque.
Dicho comunicado se hizo público después de que los médicos de familia constataran en las consultas, la existencia de numerosos casos de pacientes que abandonaron tratamientos médicos por homeopáticos. “Nos llegan casos de personas que han agravado su enfermedad por abandonar los tratamientos médicos que tienen prescritos, por tratamientos homeopáticos”, asegura Duque.
Mientras tanto, ayer el medio digital Vademécum publicó un comunicado emitido por “asociaciones de pacientes y usuarios de homeopatía” –sin dar más detalles de organización o personas– en el Día de la Libertad y el Respeto del Paciente 2020.
En dicho comunicado reiteran que “la Homeopatía cuenta con abundante evidencia clínica y científica que muestra su excelencia como forma de entender y ejercer la Medicina, avalada por la experiencia de los millones de usuari@s que la escogemos con un nivel de satisfacción muy elevado”.
Por ello, afirman, refiriéndose a los últimos movimientos del Gobierno de España y de otros organismos, que “la Homeopatía debe no sólo no ser atacada, sino incluida en el Sistema Nacional de Salud y regresar a las Universidades, tal y como recomiendan la OMS y la Unión Europea”.
Como siempre, aluden a los intereses que estarían, según ellos, detrás de las acciones críticas con la homeopatía (“lobbies industriales de influencia… criterios de rentabilidad económica –disfrazados de argumentación científica–”), reclamando “nuestro derecho a una asistencia sanitaria de calidad y a la libertad de elección terapéutica”.
También recuerdan que “las Terapias no convencionales gozan de una amplia aceptación por parte de la sociedad española”, cifrando en 10.000 los médicos que aplican la homeopatía en España, llegando a más de 8 millones de adultos.
Secretaría RIES

Por STEPHEN BARRETT
Los "remedios" homeopáticos disfrutan de un estatus único en el mercado de la salud: son la única categoría de pseudomedicina legalmente comercializable como medicamento [en Estados Unidos]. Esta situación es el resultado de dos circunstancias. Primero, la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos de 1938, que fue aprobada en el Congreso por un médico homeópata que era senador, reconoce como medicamentos todas las sustancias incluidas en la Farmacopea homeopática de los Estados Unidos. En segundo lugar, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) no ha sometido a los productos homeopáticos a los mismos estándares que otros medicamentos. Hoy en día se comercializan en tiendas de naturistas, farmacias, consultorios, distribuidores multinivel, por correo y en internet.
Samuel Hahnemann (1755-1843), un médico alemán, comenzó a formular los principios básicos de la homeopatía a fines del siglo XVIII. Hahnemann estaba justificadamente angustiado por las sangrías, sanguijuelas, purgas y otros procedimientos médicos de su época que hacían mucho más daño que bien. Al pensar que estos tratamientos estaban destinados a "equilibrar los 'humores' del cuerpo por los efectos opuestos", desarrolló su "ley de los similares": la noción de que los síntomas de una enfermedad pueden curarse con cantidades extremadamente pequeñas de sustancias que producen síntomas similares en personas sanas cuando se administra en grandes cantidades. La palabra "homeopatía" se deriva de las palabras griegas homoios (similar) y pathos (sufrimiento o enfermedad).
Hahnemann y sus primeros seguidores realizaron "pruebas" en las que administraron hierbas, minerales y otras sustancias a personas sanas, incluidos ellos mismos, y mantuvieron registros detallados de lo que observaron. Posteriormente, estos registros se recopilaron en extensos libros de referencia llamados materia médica, que se utilizan para relacionar los síntomas de un paciente con un medicamento "correspondiente".
Hahnemann declaró que las enfermedades representan un trastorno en la capacidad del cuerpo para curarse y que solo se necesita un pequeño estímulo para comenzar el proceso de curación. También afirmó que las enfermedades crónicas eran manifestaciones de una picazón reprimida (psora), una especie de miasma o espíritu maligno. Al principio Hahnemann usaba pequeñas dosis de medicamentos aceptados, pero más tarde usó enormes diluciones y teorizó que, cuanto más pequeña es la dosis, más poderoso es el efecto, una noción comúnmente conocida como la "ley de los infinitesimales". Eso, por supuesto, es justo lo contrario de la relación dosis-respuesta que los farmacólogos han demostrado.
La base para la inclusión en la farmacopea homeopática no es la prueba científica moderna, sino las "pruebas" homeopáticas realizadas durante los años 1800 y principios de 1900. La edición actual (novena) describe cómo se preparan más de mil sustancias para uso homeopático. No identifica los síntomas o enfermedades para los que se deben usar productos homeopáticos: eso es decidido por el practicante (o el fabricante). El hecho de que las sustancias enumeradas en la Farmacopea Homeopática estén legalmente reconocidas como "drogas" no significa que la ley ni la FDA las reconozcan como efectivas.
Debido a que los remedios homeopáticos eran en realidad menos peligrosos que los de la ortodoxia médica del siglo XIX, muchos médicos comenzaron a usarlos. A comienzos del siglo XX, la homeopatía tenía aproximadamente 14,000 practicantes y 22 escuelas en Estados Unidos. Pero a medida que la ciencia médica y la educación médica avanzaron, la homeopatía disminuyó drásticamente en Estados Unidos, donde las escuelas cerraron o se convirtieron a métodos modernos. La última escuela homeopática pura en ese país se cerró en la década de 1920.[1]
Muchos homeópatas sostienen que ciertas personas tienen una afinidad especial con un remedio en particular (su "remedio constitucional") y responderán ante una variedad de dolencias. Dichos remedios pueden prescribirse de acuerdo con el "tipo constitucional" de la persona, que se denomina por el remedio correspondiente, de una manera similar a la tipificación astrológica. El tipo "Ignatia", por ejemplo, se dice que está nervioso y con frecuencia lloroso, y que no le gusta el humo del tabaco. La típica "Pulsatilla" es una mujer joven, con cabello rubio o castaño claro, ojos azules y una tez delicada; suave, temerosa, romántica, emocional y amigable, pero tímida. Se dice que el tipo "Nux Vomica" es agresivo, belicoso, ambicioso e hiperactivo. Al tipo "De Azufre" le gusta ser independiente. Y así. ¿Le suena esto como una base racional para el diagnóstico y el tratamiento?
Los productos homeopáticos están hechos de minerales, sustancias botánicas y varias otras fuentes. Si la sustancia original es soluble, una parte se diluye con nueve o noventa y nueve partes de agua destilada y/o alcohol y se agita vigorosamente (sucusión); si es insoluble, se muele finamente y se pulveriza en proporciones similares con lactosa en polvo (azúcar de leche). Una parte del medicamento diluido se diluye aún más y el proceso se repite hasta alcanzar la concentración deseada. Las diluciones de 1 a 10 se designan con el número romano X (1X = 1/10, 3X = 1/1,000, 6X = 1/1,000,000). De manera similar, las diluciones de 1 a 100 se designan con el número romano C (1C = 1/100, 3C = 1/1,000,000, y así sucesivamente). La mayoría de los remedios actuales varían desde 6X a 30X, pero se comercializan productos de 30C o más. Una dilución 30X significa que la sustancia original se ha diluido 1,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000 veces. Suponiendo que un centímetro cúbico de agua contenga 15 gotas, este número es mayor que la cantidad de gotas de agua que llenaría un contenedor más de 50 veces el tamaño de la Tierra. Imagine colocar una gota de tinte rojo en un recipiente de este tipo para que se disperse de manera uniforme. La "ley de los infinitesimales" de la homeopatía es el equivalente a decir que cualquier gota de agua que se extraiga posteriormente de ese recipiente tendrá una esencia de enrojecimiento. Robert L. Park, PhD, un prominente físico que es director ejecutivo de la Sociedad Estadounidense de Física (American Physical Society), ha observado que, ya que la menor cantidad de sustancia en una solución es una molécula, una solución 30C tendría que tener al menos una molécula de la sustancia original disuelta en un mínimo de 1,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000 de moléculas de agua. Esto requeriría un contenedor más de 30,000,000,000 veces el tamaño de la Tierra.
Oscillococcinum , un producto a 200C "para el alivio de resfriados y síntomas similares a la gripe", implica "diluciones" que son aún más inverosímiles. Su "ingrediente activo" se prepara mediante la incubación durante 40 días de pequeñas cantidades de hígado y corazón de pato recién sacrificados. La solución resultante se filtra, se liofiliza, se rehidrata, se diluye repetidamente y se impregna en gránulos de azúcar. Si una sola molécula del corazón o hígado del pato sobreviviera a la dilución, su concentración sería de 1 en 100200. Este enorme número, que tiene 400 ceros, es mucho mayor que el número estimado de moléculas en el universo (alrededor de un googol, que es un 1 seguido de 100 ceros). En su edición del 17 de febrero de 1997, US News & World Report señaló que solo se necesita un pato por año para fabricar el producto, que tuvo ventas totales de $20 millones [USD] en 1996. La revista apodó a ese afortunado pájaro "el pato de $20 millones".
En realidad, las leyes de la química establecen que hay un límite a la dilución que se puede hacer sin perder por completo la sustancia original. Este límite, que está relacionado con el número de Avogadro, corresponde a las potencias homeopáticas de 12C o 24X (1 parte en 1024 ). El propio Hahnemann se dio cuenta de que prácticamente no hay posibilidad de que una molécula de sustancia original permanezca después de diluciones extremas. Pero creía que la sacudida vigorosa o pulverización con cada paso de dilución deja tras de sí una esencia "similar a un espíritu", "que ya no es perceptible para los sentidos", que cura reviviendo la "fuerza vital" del cuerpo. Los defensores modernos afirman que, incluso cuando la última molécula se ha ido, se retiene una "memoria" de la sustancia. Esta noción no está demostrada. Además, si fuera cierto, cada sustancia encontrada por una molécula de agua podría imprimir una "esencia" que podría ejercer efectos medicinales poderosos (e impredecibles) cuando la ingiere una persona.
Muchos defensores afirman que los productos homeopáticos se parecen a las vacunas, porque ambos proporcionan un pequeño estímulo que desencadena una respuesta inmune. Esta comparación no es válida. Las cantidades de ingredientes activos en las vacunas son mucho mayores y se pueden medir. Además, las inmunizaciones producen anticuerpos, cuya concentración en la sangre se puede medir, pero los productos homeopáticos de alta dilución no producen una respuesta medible. Además, las vacunas se usan de forma preventiva, no para curar los síntomas.
Stan Polanski, un asistente médico que trabaja en salud pública cerca de Asheville, Carolina del Norte, ha brindado información adicional:
- Imagine cuántos compuestos deben estar presentes, en cantidades de una molécula o más, en cada dosis de un medicamento homeopático. Incluso bajo las condiciones más escrupulosamente limpias, el polvo en el aire en las instalaciones de fabricación debe transportar miles de moléculas diferentes de origen biológico derivadas de fuentes locales (bacterias, virus, hongos, gotitas respiratorias, células de la piel desprendidas, heces de insectos) y distantes (pólenes, partículas del suelo, productos de la combustión), junto con partículas minerales de origen terrestre e incluso extraterrestre (polvo de meteoros). De manera similar, los diluyentes "inertes" utilizados en el proceso deben tener su propia biblioteca de microcontaminantes.
- El proceso de dilución/potenciación en la homeopatía implica una dilución escalonada llevada a extremos fantásticos, con "sucusión" entre cada dilución. La sucusión implica sacudir o golpear el recipiente de cierta manera. Durante el proceso de dilución paso a paso, ¿cómo se supone que la preparación de la droga emergente sabe cuál de las innumerables sustancias en el envase es la que significa negocio? ¿Cómo es que miles (¿millones?) de compuestos químicos saben que necesitan quedarse quietos mientras el Potente es ungido para convertirse en el Sanador? El hecho de que este escenario pueda terminar con productos distintos y especialmente adecuados para el tratamiento de enfermedades particulares es inverosímil.
- Por lo tanto, hasta que los apologistas de la homeopatía puedan proporcionar un mecanismo plausible (no mágico) para la "potenciación", a través de la dilución de una de las muchas sustancias en cada uno de sus productos, es imposible aceptar que hayan identificado correctamente los ingredientes activos en sus productos. Cualquier estudio que diga demostrar la efectividad de un medicamento homeopático debe rechazarse de inmediato, a menos que incluya una lista de todas las sustancias presentes en concentraciones iguales o mayores que el ingrediente activo en cada etapa del proceso de dilución, junto con una justificación para rechazar a cada uno de ellos como sospechoso.
- El proceso de "prueba" a través del cual los homeópatas decidieron qué medicamento coincide con qué síntoma no es más sensato. Las pruebas involucraron tomar varias sustancias, registrando cada contracción, estornudo, dolor o picazón que ocurrieron después, a menudo durante varios días. Los seguidores de la homeopatía dan por sentado que cada sensación reportada fue causada por la sustancia que se administró, y que las dosis extremadamente diluidas de esa sustancia serían lo correcto para tratar a cualquiera con esos síntomas específicos.
El Dr. Park ha explicado que para obtener incluso una molécula de la sustancia "medicinal" supuestamente presente en las pastillas 30X, sería necesario tomar unas dos mil millones, que sumarían unas mil toneladas de lactosa, más cualquier impureza contenida en la lactosa.
Algunos fabricantes homeopáticos comercializan doce productos minerales altamente diluidos llamados "sales celulares" o "sales de tejidos". Se afirma que son eficaces contra una amplia variedad de enfermedades, como la apendicitis (con o sin ruptura), la calvicie, la sordera, el insomnio y las lombrices. Su uso se basa en la idea de que la deficiencia de minerales es la causa básica de la enfermedad. Sin embargo, muchos de estos productos están tan diluidos que no podrían corregir una deficiencia mineral incluso si alguna existiera. El desarrollo de este enfoque se atribuye a un médico del siglo XIX llamado WH Schuessler.
Algunos médicos, dentistas y quiroprácticos usan dispositivos de "electrodiagnóstico" para ayudar a seleccionar los remedios homeopáticos que prescriben. Estos profesionales afirman que pueden determinar la causa de cualquier enfermedad al detectar el "desequilibrio de energía" que causa el problema. Algunos también afirman que los dispositivos pueden detectar si una persona es alérgica o sensible a los alimentos, a las vitaminas u otras sustancias. El procedimiento, llamado electroacupuntura según Voll (EAV), electrodiagnóstico o detección electrodérmica, comenzó a fines de la década de 1950 con Reinhold Voll, MD, un médico de Alemania Occidental que desarrolló el dispositivo original. Los modelos subsiguientes incluyen Vega, Dermatron, Accupath 1000 e Interro.
Sus defensores afirman que estos dispositivos miden las perturbaciones en el flujo de "energía electromagnética" a lo largo de los "meridianos de acupuntura" del cuerpo. En realidad, son galvanómetros de lujo que miden la resistencia eléctrica de la piel del paciente cuando es tocada por una sonda. Cada dispositivo contiene una fuente de bajo voltaje. Un cable del dispositivo va a un cilindro de latón cubierto por una gasa húmeda, que el paciente sostiene con una mano. Un segundo cable está conectado a una sonda, que el operador pone en contacto con "puntos de acupuntura" en el pie del paciente o en la otra mano. Esto completa un circuito, y el dispositivo registra el flujo de corriente. La información luego se transmite a un medidor, que proporciona una lectura numérica. El tamaño del número depende de la fuerza con que se presione la sonda contra la piel del paciente. Las versiones recientes, como el Interro, hacen sonidos y proporcionan la lectura en la pantalla de una computadora. El tratamiento seleccionado depende del alcance de la práctica del profesional y puede incluir acupuntura, cambios en la dieta y/o suplementos vitamínicos, así como productos homeopáticos. Las agencias reguladoras han incautado varios tipos de dispositivos de electroacupuntura, pero no han hecho un esfuerzo sistemático para expulsarlos del mercado.
Para obtener más información sobre estos dispositivos y las imágenes de algunos de ellos, haga clic aquí. Si se encuentra con un dispositivo de este tipo [en Estados Unidos], lea este artículo e informe de ello a la junta estatal de licencias del profesional médico, al fiscal general del estado, a la Comisión Federal de Comercio, al FBI, al Centro Nacional de Información sobre Fraudes y a cualquier compañía de seguros a la que el profesional someta reclamaciones que impliquen el uso del dispositivo. Para las direcciones de estas agencias, haga clic aquí.
Dado que muchos remedios homeopáticos no contienen una cantidad detectable de ingrediente activo, es imposible probar si contienen lo que dice su etiqueta. A diferencia de la mayoría de los fármacos potentes, las pruebas clínicas doble ciego no han demostrado su eficacia contra la enfermedad. De hecho, la gran mayoría de los productos homeopáticos nunca han sido probados: los proponentes simplemente confían en las "pruebas" para decirles qué debería funcionar.
En 1990, un artículo en Review of Epidemiology analizó 40 ensayos aleatorios que compararon el tratamiento homeopático con el tratamiento estándar, un placebo o ningún tratamiento. Los autores concluyeron que todos menos tres de los ensayos tenían defectos importantes en su diseño y que solo uno de los tres había informado un resultado positivo. Los autores concluyeron que no hay evidencia de que el tratamiento homeopático tenga más valor que un placebo.[2]
En 1994, la revista Pediatrics publicó un artículo que afirma que el tratamiento homeopático ha demostrado ser eficaz en los casos leves de diarrea en niños nicaragüenses.[3] La declaración se basó en los hallazgos de que, en ciertos días, el grupo "tratado" tenía menos deposiciones sueltas que el grupo placebo. Sin embargo, Sampson y London señalaron que: (1) el estudio utilizó un esquema diagnóstico y terapéutico no confiable y no probado; (2) no hubo protección contra la adulteración del producto; (3) la selección del tratamiento fue arbitraria; (4) los datos se agruparon de manera extraña y con errores e inconsistencias; (5) los resultados tenían significancia clínica cuestionable y (6) no tenía importancia para la salud pública, porque el único remedio necesario para la diarrea infantil leve es la ingesta adecuada de líquidos para prevenir o corregir la deshidratación.[4]
En 1995, Prescrire International, una revista francesa que evalúa productos farmacéuticos, publicó una revisión de la literatura que concluyó:
Como los tratamientos homeopáticos se usan generalmente en condiciones con resultados variables o que muestran una recuperación espontánea (de ahí su capacidad de respuesta al placebo), se considera que estos tratamientos tienen un efecto en algunos pacientes. Sin embargo, a pesar de la gran cantidad de ensayos comparativos realizados hasta la fecha, no hay pruebas de que la homeopatía sea más efectiva que el tratamiento con placebo administrado en condiciones idénticas.
En diciembre de 1996, el Grupo de Investigación en Medicina Homeopática (HMRG), un panel de expertos convocado por la Comisión de las Comunidades Europeas, publicó un extenso informe. El HMRG incluyó médicos e investigadores homeópatas y expertos en investigación clínica, farmacología clínica, bioestadística y epidemiología clínica. Su objetivo era evaluar informes publicados y no publicados de ensayos controlados de tratamiento homeopático. Después de examinar 184 informes, los panelistas concluyeron: (1) solo 17 fueron diseñados e informados lo suficientemente bien como para que valga la pena considerarlos; (2) en algunos de estos ensayos, los enfoques homeopáticos pueden haber ejercido un efecto mayor que un placebo o ningún tratamiento; y (3) el número de participantes en estos 17 ensayos fue demasiado pequeño para sacar conclusiones acerca de la efectividad del tratamiento homeopático para cualquier condición específica.[5] En pocas palabras: la mayoría de las investigaciones homeopáticas carecen de valor y ningún producto homeopático ha demostrado ser efectivo para propósito terapéutico alguno. El Consejo Nacional contra el Fraude a la Salud advirtió que "la naturaleza sectaria de la homeopatía plantea serias dudas sobre la confiabilidad de los investigadores homeopáticos".[6]
En 1997, una autoridad de salud de Londres decidió dejar de pagar por tratamientos homeopáticos después de concluir que no había pruebas suficientes para apoyar su uso. Las autoridades de salud de Lambeth, Southwark y Lewisham habían estado remitiendo a más de 500 pacientes por año al Royal Homoeopathic Hospital en Londres. Los médicos de salud pública de la autoridad revisaron la literatura científica publicada, como parte de un movimiento general hacia la compra de tratamientos basados únicamente en la evidencia. El grupo concluyó que muchos de los estudios tenían defectos metodológicos y que las investigaciones recientes producidas por el Royal Homoeopathic Hospital no contenían pruebas convincentes de que la homeopatía ofreciera beneficios clínicos.[7]
En 2007, otro equipo de revisión concluyó que las pruebas homeopáticas estaban tan mal diseñadas que los datos que han generado no son confiables.[8]
Los defensores pregonan los pocos estudios "positivos" como prueba de que "la homeopatía funciona". Incluso si sus resultados pueden reproducirse sistemáticamente (lo que parece poco probable), lo más que podría demostrar el estudio de un solo remedio para una sola enfermedad es que el remedio es eficaz contra esa enfermedad. No validaría las teorías básicas de la homeopatía ni demostraría que el tratamiento homeopático es útil para otras enfermedades.
Los efectos de placebo pueden ser poderosos, por supuesto, pero el beneficio potencial de aliviar los síntomas con placebos debe sopesarse contra el daño que puede producir depender de, y gastar dinero en, productos ineficaces. La remisión espontánea es también un factor en la popularidad de la homeopatía. Creo que a la mayoría de las personas que acreditan un producto homeopático por su recuperación les hubiera ido igual de bien sin el mismo.
Los homeópatas afirman proporcionar una atención más segura, más suave, "natural" y menos costosa que la atención convencional, y más preocupada por la prevención. Sin embargo, los tratamientos homeopáticos no previenen nada, y muchos líderes homeopáticos predican contra la inmunización. Igualmente malo, en 1997 un informe sobre la conferencia del Centro Nacional de Homeopatía describió cómo un médico homeopáta había sugerido el uso de productos homeopáticos para ayudar a prevenir y tratar la enfermedad de las arterias coronarias. De acuerdo con el artículo, el orador recomendó varios productos de 30C y 200C como alternativas a la aspirina y a los medicamentos para reducir el colesterol, siendo que los segundos han demostrado reducir la incidencia de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.[9]
En 2015, el Consejo Nacional de Salud e Investigación del gobierno australiano produjo un informe de 40 páginas, mismo que concluyó que el tratamiento homeopático no sirve para nada. Después de examinar la literatura científica, los autores dijeron:
- Sobre la base de todas las pruebas consideradas, no hubo condiciones para las cuales existiera evidencia confiable de que la homeopatía fuera efectiva.
- Ningún estudio de buena calidad y bien diseñado, con suficientes participantes para un resultado significativo, informó que la homeopatía causara mayores mejoras en la salud que el placebo, o causara mejoras en la salud iguales a las de otro tratamiento.
- La homeopatía no debe usarse para tratar afecciones que son crónicas, graves o que pueden llegar a ser graves.
- Las personas que eligen la homeopatía pueden poner en riesgo su salud si rechazan o retrasan tratamientos para los cuales existe una buena evidencia de seguridad y eficacia.
- Las personas que están considerando si usar o no la homeopatía deben primero obtener asesoramiento de un profesional de la salud registrado. Aquellos que utilizan la homeopatía deben informar a su médico y seguir tomando los tratamientos prescritos.[10]
En una encuesta realizada en 1982, la FDA descubrió que algunos productos de venta libre se comercializan para enfermedades graves, como enfermedades cardíacas, trastornos renales y cáncer. Un extracto de tarántula se vendía para la esclerosis múltiple; un extracto de veneno de cobra, para el cáncer.
En 1984, la FDA advirtió a Botanical Laboratories, Inc., de Bellingham, Washington, que ninguno de sus productos homeopáticos podía comercializarse legalmente como medicamentos, porque no tenían la aprobación de la FDA para hacer dichas declaraciones. Las declaraciones ilegales incluían la efectividad contra la angina de pecho, los trastornos del ritmo cardíaco, la hipoglucemia, la gota, la neumonía y el absceso pulmonar.[11]
Heel-BHI, una compañía alemana cuyos productos se comercializaron en Estados Unidos por parte de Biological Homeopathic Industries (BHI) de Albuquerque, Nuevo México,[12] ha sido la comercializadora homeopática más descarada del mundo. En 1983, BHI envió un catálogo de 123 páginas a 200,000 médicos en todo el país. Sus productos incluyen BHI Anticancer Stimulate, BHI Antivirus, BHI Stroke y otros 50 tipos de tabletas que dicen ser efectivas contra enfermedades graves. En 1984, la FDA obligó a BHI a dejar de distribuir varios de los productos y atenuar sus declaraciones acerca de otros. Sin embargo la compañía, que fue rebautizada como Heel Inc. en 1985, continuó haciendo declaraciones ilegales. Su Referencia de los médicos de 1991 ("para uso exclusivo de profesionales de la salud") recomendó de manera inapropiada los productos para la insuficiencia cardíaca, la sífilis, la insuficiencia renal, la visión borrosa y muchas otras afecciones graves. El brazo de publicación de la compañía publica cada trimestre la Terapia biológica: revista de medicina natural, que contiene regularmente artículos con afirmaciones cuestionables. Un artículo en el número de abril de 1992, por ejemplo, enumeraba "indicaciones" para usar BHI y productos de Heel (distribuidos por BHI) para más de cincuenta afecciones, incluidos el cáncer, la angina de pecho y la parálisis. Y el número de octubre de 1993, dedicado al tratamiento homeopático de los niños, incluye un artículo que recomienda productos para infecciones bacterianas agudas del oído y las amígdalas. El artículo se describe como una selección de los seminarios Heel impartidos en varias ciudades por un homeópata de Nevada, quien también se desempeñó como editor médico de Terapia biológica. En 1993, Heel publicó un libro de tapa dura de 500 páginas, donde describe cómo usar sus productos para tratar unas 450 condiciones.[12] Doce páginas del libro cubren "Neoplasia y fases neoplásicas de la enfermedad" (neoplasma es un término médico para tumor.) En marzo de 1998, durante una convención osteopática en Las Vegas, Nevada, un expositor de Heel distribuyó copias del libro cuando se le pidió información detallada sobre cómo usar los productos de Heel. Una edición de 2000 es más extensa, pero no tiene la sección de neoplasias.[14] En 2014, Heel anunció que dejaría de comercializarse en Estados Unidos y Canadá después del 31 de agosto de 2014. Su comunicado de prensa atribuyó la decisión a dos demandas colectivas que causaron una "carga financiera sustancial".[15]
Entre junio de 1987 y septiembre de 1994, la FDA emitió al menos cinco cartas de advertencia más a los comercializadores homeopáticos:
- Bio-Botanica recibió la orden de dejar de comercializar la crema homeopática de herpes de la marca "Nature's Answer" para el alivio de casos de erupciones en la piel causados por el virus del herpes. El aviso también advirtió que el remedio para el acné y el remedio para la alergia de la compañía estaban mal etiquetados.[16]
- Se ordenó a BHI que dejara de afirmar que BHI Cold, que contenía azufre y pulsatilla, era eficaz contra las paperas, la tos ferina, las enfermedades respiratorias crónicas, el herpes zoster, todas las infecciones virales y el sarampión. Además, cuando se combinaba con otros remedios de BHI, se había afirmado ilegalmente que era efectivo contra la otitis, la pleuritis, la bronquitis o neumonía, la conjuntivitis y la traqueítis.
- A Botanical Laboratories, Inc., que distribuía productos Natra-Bio, se le ordenó que dejara de afirmar que BioAllers era un remedio homeopático para aliviar los síntomas de alergia causada por el polen, el pelo de los animales, la caspa, el moho, la levadura y el polvo. Los productos se promocionaban como homeopáticos, aunque algunos ingredientes no estaban en la farmacopea homeopática.
- LBL-Bot. Bio Hom. Corp, de Roosevelt, Nueva York, recibió la orden de dejar de hacer declaraciones falsas de que los productos podrían prevenir el SIDA, reducir el colesterol, curar la diabetes y otros trastornos del páncreas y los trastornos cancerosos de la sangre.
- Se advirtió a Nutrition Express, de Houston, Texas, que los productos que se comercializaban para el alivio temporal de infecciones, trastornos hepáticos menores, trastornos linfáticos y molestias menstruales estaban mal etiquetados, porque sus etiquetas o etiquetas incluían declaraciones de que los productos estaban destinados para curar o prevenir enfermedades.
Durante 1988, la FDA tomó medidas contra las compañías que comercializan "parches de dieta" con declaraciones falsas de que podían suprimir el apetito. La compañía más grande de este tipo, Meditrend International, de San Diego, instruyó a los usuarios a colocar 1 o 2 gotas de una "solución homeopática de control del apetito" en un parche y usarla todo el día pegada en un "punto de acupuntura" en la muñeca, para suprimir el centro de control del apetito del cerebro "bioeléctricamente".
Por lo que puedo decir, la FDA nunca ha reconocido ningún remedio homeopático como seguro y efectivo para ningún propósito médico. En 1995, presenté una solicitud, con base en la Ley de Libertad de Información, que decía:
Me interesa saber si la FDA ha: (1) recibido evidencia de que algún remedio homeopático, ahora comercializado en este país, es eficaz contra cualquier enfermedad o problema de salud; (2) concluyó que algún producto homeopático que ahora se comercializa en los Estados Unidos es efectivo contra cualquier problema o condición de salud; (3) concluyó que los remedios homeopáticos son generalmente efectivos; o (4) concluyó que los remedios homeopáticos generalmente no son efectivos. Por favor envíeme copias de todos los documentos en su poder relacionados con estas preguntas.[17]
Un funcionario del Centro de Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA respondió que varias docenas de productos homeopáticos fueron aprobados hace muchos años, pero estas aprobaciones se retiraron en 1970.[18] En otras palabras, después de 1970 la FDA no había encontrado ningún remedio homeopático "seguro y efectivo" para su propósito previsto. Por lo que puedo decir, esa afirmación sigue siendo válida hoy en día.
Si la FDA exigiera que los remedios homeopáticos se demostraran eficaces para seguir siendo comercializables, norma que se aplica a otras categorías de medicamentos, la homeopatía se enfrentaría a la extinción en Estados Unidos.[19] Sin embargo, no hay indicios de que la agencia esté considerando esto. Los funcionarios de la FDA consideran que la homeopatía es relativamente benigna (en comparación, por ejemplo, con los productos no demostrados comercializados para el cáncer y el SIDA) y creen que otros problemas deberían tener prioridad de cumplimiento. Si la FDA ataca a la homeopatía con demasiada energía, sus defensores podrían incluso persuadir a un Congreso susceptible al cabildeo para que los rescate. Independientemente de este riesgo, la FDA no debe permitir que productos sin valor se comercialicen con afirmaciones de que son efectivos. Tampoco debe seguir tolerando la presencia de dispositivos de "electrodiagnóstico" falsos en el mercado.
En 1994, 42 destacados críticos de la charlatanería y la pseudociencia solicitaron a la agencia que frenara la venta de productos homeopáticos. La petición insta a la FDA a iniciar un procedimiento de reglamentación para exigir que todos los medicamentos homeopáticos de venta libre (OTC) cumplan con los mismos estándares de seguridad y eficacia que los medicamentos OTC no homeopáticos. También solicita que se advierta públicamente que, aunque la FDA ha permitido la venta de remedios homeopáticos, no los reconoce como efectivos. La FDA aún no ha respondido a la petición. Sin embargo, el 3 de marzo de 1998, en un simposio patrocinado por la revista Buenhogar (Good Housekeeping), el ex comisionado de la FDA, David A. Kessler (Doctor en Medicina y Doctor en Derecho) reconoció que los remedios homeopáticos no funcionan pero que no intentó prohibirlos porque sintió que el Congreso no apoyaría una prohibición.[20]
En 2015, la FDA y la FTC buscaron comentarios públicos sobre cómo deberían regularse en el futuro las etiquetas y la publicidad homeopáticas. Durante el período de comentarios, el personal de la FTC observó que la Guía de política de cumplimiento homeopática de la FDA CPG 7132.15 , que no requiere prueba de efectividad, choca con las leyes de la FTC que requieren que la publicidad sea veraz y se base en evidencia científica confiable. El informe de 99 páginas del personal de la FTC también señaló (basado en la propia investigación de la FTC) que un porcentaje significativo de consumidores no entiende la naturaleza de los productos homeopáticos ni cómo están regulados.[21] Le pedí a ambas agencias que no permitieran que las etiquetas o la publicidad de los productos incorporaran declaraciones de salud o seguridad(incluidas las implícitas en los nombres de los productos) que no hayan sido aprobadas a través del proceso de aprobación de medicamentos estándar de la FDA.[22,23] Las regulaciones de etiquetado homeopático en Canadá y el Reino Unido son similares a las de la FDA, pero la Autoridad de Estándares Publicitarios Británicos ha sido más estricta con las afirmaciones publicitarias.[24]
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- Dispositivos de "electrodiagnóstico" frauudulentos utilizados para seleccionar remedios
- Guía de política de cumplimiento de la FDA 7132.15 para productos homeopáticos
- Homeopatía y sus delirios afines (ensayo de Oliver Wendell Holmes, 1842)
- Homeopatía y ciencia: una mirada más cercana
- Petición para prohibir la comercialización de productos homeopáticos
- ¿Por qué reclamaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias?
- Medicina alternativa y las leyes de la física
- El libro de Samuel Hahnemann: Organon of Medicine
- La evaluación científica de la homeopatía
- La homeopatía de Hahnemann (siete artículos que desacreditan la teoría y la práctica homeopáticas)
- Homeopatía: toda la idiotez que encaja (sátira de Peter Bowditch)
Stephen Barrett, M.D., es un psiquiatra retirado que vive cerca de Chapel Hill, Carolina del Norte, ha alcanzado renombre nacional como autor, editor y defensor de los consumidores. Además de dirigir Quackwatch, es miembro del Comité de investigación escéptica.
En 1984, recibió el Premio Especial a la Citación del Comisionado de la FDA por el Servicio Público en la lucha contra la charlatanería de nutrición. En 1986, fue galardonado con la membresía honoraria en la American Dietetic Association. Desde 1987 hasta 1989, enseñó educación para la salud en la Universidad Estatal de Pennsylvania. Él figura en Marquis Who's Who in America y recibió el Premio por Servicio Distinguido a la Educación para la Salud 2001 de la Asociación Americana para la Educación para la Salud. También es miembro de la junta de Prescription Justice, un grupo sin fines de lucro que trabaja para bajar los precios de los medicamentos. Su biblioteca de investigación alberga más de 5,000 libros y 100,000 documentos y grabaciones recopiladas durante un período de 50 años. Esta página fue revisada el 25 de agosto de 2016.
Artículo original en ingles por Stephen Barrett, Doctor en Medicina
Revisión por Samanta McDermoth