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ALERTA RedUNE de Nuevas Terapias y Fraudes Sanitarios

ALERTA RedUNE de Nuevas Terapias y Fraudes Sanitarios


*EL PELIGRO DE LAS "TERAPIAS ALTERNATIVAS NEW AGE"

Publicado por red-alerta-nuevas-terapias activado 8 Marzo 2018, 10:20am

Es un fenómeno cada vez más creciente el aumento en el “mercado terapéutico” de las llamadas terapias alternativas new age. Enumerarlas todas sería imposible, porque literalmente cada día florecen nuevas ofertas terapéuticas. Sin dudas en la mayoría de estas ofertas hay un contenido espiritual propio de la New Age y que mis colegas de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas han abordado o pueden abordarle con un expertíz mayor al mío, y que queda claro el peligro que entraña a nivel religioso.

En lo personal, y como Psicólogo, me centraré en el peligro que representan para la salud de la población.

Al frente de éstas “terapias” rara vez hay un profesional idóneo, es decir rara vez el “terapeuta” es psicólogo, psiquiatra o médico, con lo cual, si bien en algunos países el rol profesional del “terapeuta” no está correctamente legislado y suele haber un vacío legal al respecto, lo cierto es que termina siendo un ejercicio ilegal de un rol que, por general, se le atribuye al médico o al psicólogo.

Esto ya de por sí significa un gran peligro para la salud de la población, por lo general con una serie de seminarios, aquél que fue iniciado en alguna de estas terapias, queda ya formado y habilitado para entrar en el negocio terapéutico de la new age. La gran mayoría de las personas que acuden a este tipo de terapias lo hacen aquejadas de enfermedades del humor, trastornos depresivos, por ejemplo, pero no todas las depresiones son iguales y éstos “terapeutas” no cuentan con la formación que los habilite para hacer el diagnóstico correspondiente.

Otro de los riesgos es que ninguna terapia alternativa new age (y me animo a enfatizarlo) cuenta con el aval de la comunidad científica. Hoy en día incluso en mi disciplina, los tratamientos son contrastados a partir de su aplicación al método científico a fin de poder determinar su eficacia y por ende su aplicabilidad en las personas. La new Age, empapada del pensamiento mágico se da de bruces con la ciencia y al momento de hablar de “terapias” que ponen en juego la salud y la vida de las personas no podemos ir por otro camino que no se el de la contrastación científica.

Otro de los peligros que encierran estas terapias es justamente el hecho de ser alternativas, muchas o casi todas son presentadas como alternativas a los tratamientos convencionales, este punto se toca con otro punto grave que es la deriva sectaria que suelen tener.

No es poco frecuente que el terapeuta a poco de serlo comience a autoimponerse títulos, “Maestro”, “Gurú”, “Apóstol”, etc. Esa acentuación de la asimetría que ya de por sí se da en cualquier relación terapéutica, inicia una espiral de manipulación psicológica que en poco tiempo llevará al “paciente” a una condición de “adepto”.

Tampoco pasará mucho tiempo para que los “pacientes” formen en torno a su “terapeuta” un grupo en dónde este pase a ser venerado desplegándose así la dinámica vincular sectaria. Muchas veces me han preguntado, ¿cuántas personas se necesitan para hablar de secta? Mi respuesta siempre es la misma, 2 personas, hay muchos ejemplos de relaciones sectarias diádicas, pero el de las terapias alternativas es uno de ellos.

La asimetría, así como la idealización o el hecho de que los pacientes vengan al psicólogo en busca de respuestas sobre qué hacer frente a tal o cual situación de la vida es algo común en nuestra práctica profesional, pero cuando el tratamiento se mantiene dentro de los carriles de la ética y de lo que llamamos “encuadre” ese tipo de fenómenos se los toma como parte de un proceso en el cual lo que se busca es que el paciente gane cada vez más en autonomía, en salud y se ponga fin al tratamiento.

En las terapias alternativas no hay tal encuadre desembocando todo en un descarrilamiento en el cual el “terapeuta” pone en acto las idealizaciones del paciente y a través de un proceso manipulatorio se ubica en el rol del timonel de la vida de su “paciente” en un tratamiento que termina siendo interminable.

Se podrá decir que en muchos casos estas terapias new age están conducidas por psicólogos o médicos. En mi opinión, ese es el peor de los escenarios: el que a sabiendas del conocimiento del funcionamiento psíquico y de la enfermedad, usa y abusa de ello en beneficio propio es, en mi opinión, el peor de los monstruos. Muchas veces he visto colegas que llevados por la marea de que hoy es “eso lo que la gente busca” abandonan la práctica seria, ética y científicamente avalada por esta avalancha de charlatanería sin sustento que nos ofrecen las terapias alternativas new age.

Álvaro Farías

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N
Me gustaría recordar al autor que la gente acude a las terapias alternativas porque les han resultado ineficientes (cuando no inútiles) y extremadamente lentas y costosas ( a veces a razón de 100 euros la hora de "escucha" profesional") las terapias clínicas y presumiblemente "científicas" que usted defiende a capa y espada sin la honestidad y valentía auto-críticas que caracterizaría al genuino escepticismo. No me extenderé aquí sobre la presunta "cientificidad" de la psicología y la psiquiatría "académicas" porque ya se han escrito ríos de tinta al respecto (muy especialmente por ex-practicantes y ex-pacientes de las mismas). En mi propio itinerario terapéutico he conocido muchos psicólogos/as que en un ejercicio de honestidad profesional han acabado reconociendo la ineficiencia y superficialidad del enfoque cognitivo-conductista y psiquiátrico convencionales, la impotencia que les causaban sus escasos resultados y la pérdida de tiempo que entraña para sí mismos y sus pacientes. <br /> Es innegable que en el bosque de nuevas terapias hay mucha charlatanería y sectarismo, pero también hay esfuerzos genuinos por empujar las fronteras del conocimiento psicológico y de encontrar formas más eficientes de lidiar con el sufrimiento humano. El escepticismo honesto sabe distinguir el oro de la paja, se preocupa por investigar honestamente antes de emitir un juicio a priori, y está dispuesto a revisar sus propias presunciones y paradigmas en caso de encontrar evidencia que las contradigan. El pseudo-escepticismo no cuestiona sus propios dogmas inveterados, juzga apriorísticamente todo lo que no se ajusta a la ortodoxia clínica y académica establecida y no es más que otra forma de dogmatismo sectario que está obstaculizando la búsqueda honesta de nuevos paradigmas científicos, cognitivos y terapéuticos. A estos nuevos inquisidores del monismo-materialista los escépticos genuinos los han llamado ya “racionalistas irracionales” (googlear para más información: pseudoescepticismo, pseudoskepticism e irrational rationalism)
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T
Muy acertado. Estudien el caso de J L Parise. Gracias
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